jueves, 19 de mayo de 2016

DEJE EL HELADO EN LA PUERTA

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¿Advertencia? Si, ponele. La cosa es más bien un aviso parroquial: quienes aquí ingresen favor de abandonar el helado en la puerta. Por razones higiénicas y simbólicas. Vamos a intentar, porque necesito cómplices, mover las neuronas y no en la dirección acostumbrada.
Como dijo o escribió Derrida: buscaremos el punto de fuga en donde se disuelven las antinomias, punto de fuga que necesitamos delimitar pero no solidificar para que el pensamiento sea posible (más o menos eso sería deconstruir).
Para lo anterior deberemos librarnos de más de un prejuicio y aceptar más de un cimbronazo a certezas y lugares comunes que nos invaden por todos lados. Y más que nada el que suscribe deberá poner en acción ese movimiento.
Asi que, en este pequeño y emotivo acto dejo mi helado en la puerta y me limpio los restos de chocolate con una servilleta lo más limpia posible. 
Os invito a hacer lo mismo si es que tienen o tenían como yo, un cucurucho entre ceja y ceja.
Síganme, acá no vamos a ninguna parte.

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